El principito ascendió una alta montaña (...)
"Desde una montaña como ésta",
se dijo entonces,
"veré de golpe todo el planeta, y a todos los hombres..."
Pero sólo vio pináculos de roca bien afilados.
(...)
"Qué curioso planeta", pensó entonces, " es todo seco, lleno de picos y salado. Y los hombres no tienen imaginación. Repiten lo que les dices... En mi planeta yo tenía una flor y siempre hablaba primera..."