3.
Notas para comprender el origen de la rebelión zapatista El 1 de enero de 1994 fueron tomadas siete cabeceras municipales en el estado de Chiapas por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), desconocido hasta entonces. El EZLN movilizó una fuerza calculada entre diez y quince mil combatientes, en su mayoría indígenas tzeltales, choles, tojolabales y tzotziles. No obstante esa composición social, el levantamiento zapatista esta lejos de ser un movimiento étnico, y de buscar la instauración de sociedad puramente indígena, y tampoco es expresión de la contradicción tradición-modernidad, que caracterizaron los movimientos campesinos de principios de siglo pasado. Por el contrario, se trata de un movimiento armado que reivindica demandas propias de las sociedades modernas: democracia, libertad y justicia. El EZLN es el resultado de un largo proceso de organización y lucha del pueblo mexicano por la democracia política, la libertad política, los derechos humanos y la impartición de justicia. La pregunta que surge es ¿por qué Chiapas? Por que aquí se combinan problemas estructurales y coyunturales con resabios históricos que hacen de Chiapas una sociedad sumamente polarizada y porque aquí existen tradición de lucha y organización de los pueblos indígenas. 3.1
Antecedentes históricos En 1824 los chiapanecos decidieron, mediante un plebiscito, incorporarse a la república mexicana. Durante los tres siglos anteriores, Chiapas había sido una provincia de la Capitanía General de Guatemala. Entre 1824 y 1880 surgió en Chiapas la oligarquía terrateniente que hizo crecer sus cercas y sus propiedades, apoderándose de las tierras del clero y de las comunidades indígenas. Así, unas cuantas familias se hicieron legal e ilegalmente de extensos territorios; eran finqueros dedicados a la ganadería extensiva y el trabajo en sus fincas era realizado por peones acasillados y baldíos, una especie de siervos sometidos a la servidumbre. En la época de Porfirio Díaz (1876-1911) arriban en Chiapas inversionistas extranjeros de origen ingles, alemán, norteamericano, español, francés, entre otros. Estos capitalista compraron tierras a compañías deslindadoras y fundaron fincas dedicas a la producción de café, a la explotación de caucho, chicle y de madera. Miles de indígenas fueron trasladados a las fincas cafeteras por enganchadores, una especie de contratistas que funcionaban como intermediarios entre los trabajadores indígenas y los dueños de las fincas. En 1914 se inició la revolución en Chiapas. El general Jesús Agustín Castro dispuso una serie de leyes, entre ellas, una conocida como Ley de Liberación de Mozos que ordenaba la abolición de la servidumbre por deudas: “no hay sirvientes en el estado de Chiapas”, se puede leer. Los finqueros, que sintieron que les quitaban una de las bases más importantes de su sistema económico y político, se levantaron y crearon la Brigada Libre de Chiapas e iniciaron una guerra al estilo guerrillero. En 1916 llegó a Chiapas un hijo de finqueros a capo de un grupo de revolucionarios de Ejercito Liberador del Sur, Emiliano Zapata. En el 1920 las dos partes se acordaron y la servidumbre se mantuvo intacta, pero, para atender a las demandas de reparto agrario se declararon afectable las propiedades que excedieran las ocho mil hectáreas. Unos estratagemas legal, pero, evitaron el reparto agrario y cerraron la posibilidad para que la revolución mexicana realizara en Chiapas una reforma económica y social. El periodo de mayor reparto de tierras corresponde al régimen cardenista (1934-1940). En el periodo comprendido entre 1940 y 1960, el reparto se realizó fundamentalmente sobre terrenos nacionales y se promovió la colonización de las áreas boscosas. En Chiapas miles de indígenas choles, tzotziles y tzeltales emigraron a la Selva Lacandona. Aquí, pero, se enfrentaron a los ganaderos privados cuyas cercas caminaban y se extendían sobre las tierras por ello conquistados. El Gobierno de la República emitió un decreto de titulación y reconocimiento de bienes comunales a favor de las familias lacandonas. Los choles, tzotziles y tzeltales que habían emigrado a la Selva deberían reagruparse en tres nuevos centros de población propuestos por el Gobierno. Esa política de colonización, como solución al conflicto agrario, protegió a los terratenientes y de esa manera la estructura agraria chiapaneca no se modificó. En esa región empezaron y se desarrollaron procesos organizativos independientes de grupos de campesinos, indígenas y mestizos a principio de los setenta. Pero a eso factor histórico se agregan otros de carácter coyuntural, como la crisis de la agricultura y de la economía mexicana desde medios de la década de los setenta, la explotación petrolera, la introducción de nuevos cultivos y de tecnología en la ganadería en la década de los ochenta. 3.2
Modernización económica excluyente y TLC En
Chiapas el 58.1 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA)
se ocupaba, en el 1990, de agricultura y ganadería. Del medio rural
depende la economía estatal y allí se presentan los conflictos sociales
más álgidos. Una de
las razones principales parece estar en la concentración monopólica de
la tierra y en una distribución desigual del ingreso en el campo y la
falta de empleo. Desde
medianos de la década de los sesenta la economía chiapaneca ha sido
sometida a un proceso de modernización: la construcción de las presas
hidroeléctricas, la explotación petrolera iniciada en 1972 y la
modernización de la agricultura y la ganadería. Estas tres vías de
modernización han destituido relaciones económicas fundadas en la
semiservidumbre y abierto el paso al surgimiento de nuevos grupos de poder
económicos y político; el petróleo ha provocado profundos desajustes en
los ecosistemas y ha destruido las bases de la economía agrícola y
ganadera. En
una situación económica de crisis, legada a la necesidad por México de
importar alimentos, se tiene que considerar la siempre mayor presencia de
guatemaltecos en el estado de Chiapas. Estos migrantes y refugiados políticos
desplazaron a más de veinticinco mil trabajadores chiapanecos que cada año
se ocupaban en las plantaciones cafeteras y algodoneras. Como resultado de
esta situación aumentó la población en las ciudades, los indios de los
altos aumentaron la producción artesanal y es evidente su presencia en
unas ciudades donde buscan el empleo que no encuentran en sus pueblos. Durante
los últimos veinte años, la política económica del Gobierno Federal se
ha orientado al apoyo de cultivos forrajeros y de exportación, en
detrimento de los cultivos alimenticios. El
Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994 El
1 de enero de 1994 entró el vigor el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLC o NAFTA) entre México, Estados Unidos y Canadá. El
TLC es un conjunto de reglas para fomentar el intercambio comercial y los
flujos de inversión entre los tres países, mediante la eliminación
paulatina de los aranceles o impuestos que pagan los productos para entrar
a otro país; el establecimiento de normas que deben de ser respetadas por
los productores de los tres países, y los mecanismos para resolver las
diferencias que puedan surgir. El
TLC asegura las reformas neoliberales, pero, segundo algunos estudiosos,
esas han dado marcha atrás a años de progreso en los derechos laborales
y el desarrollo económico, provocando el empobrecimiento y el sufrimiento
de las masas junto con el enriquecimiento de unos pocos y de los
inversionistas no mexicanos. La
Conferencia Episcopal Latinoamericana condenó el acuerdo, preocupada que
la economía de mercado no se convierta en algo de absoluto a lo que se
sacrifique todo lo demás, acentuando la desigualdad y la marginación. El
acuerdo fue también rechazado por muchos trabajadores y sindicatos, los
cuales advirtieron de su impacto en los salarios, los derechos laborales,
el ambiente, la perdida de soberanía, el aumento de la protección a los
derechos de las corporaciones y de los inversionistas, y el debilitamiento
de las opciones para el desarrollo sustentable. El
debate respecto el TLC se concentró principalmente en los flujos de
empleo. Los beneficiados fueron los sectores basados en y alrededor de las
finanzas, las empresas de banca, telecomunicaciones y servicios
estadounidenses, compañías de seguros y
similares, industria del sector de la alta tecnología. Pero The New York Time
individuó también “perdedores”, principalmente mujeres, negros,
latinos y trabajadores medianamente capacitados en general. El
alzamiento de EZLN, no a caso, coincidió con la feche de entrada en vigor
del TLC, definido por los zapatistas una sentencia de muerte para los indígenas,
un regalo para los ricos. 3.3
Periodos de desarrollo del movimiento campesino La
lucha del campesinado chiapaneco surge con mayor fuerza en el momento en
que en el ámbito nacional el movimiento campesino entre en una fase de
reflujo. Este nuevo periodo,
el de 1976 en adelante, es la resistencia de un sector de campesinos
localizados en zonas de agricultura temporalera y de subsistencia.
El movimiento campesino tiene que enfrentarse a un ambiente social y político
permeado por la violencia cotidiana. El
proceso de lucha y organización de los campesinos chiapanecos se
intensifica a principios de los años setenta y se inició y desarrolló
en torno a dos vertientes: el congreso indígena de 1974 en San Cristóbal
de las Casas, y los movimientos que se desarrollaron paralelamente y que
dieron origen a otras experiencias de organización y de lucha. Este
primero periodo (1974-77) del movimiento campesino se caracterizó por el
incremento de las invasiones a propiedades privadas en todo el estado, y
por la violencia con que respondieron las esferas gubernamentales y los
propios finqueros frente a las demandas de tierra. Un
segundo periodo comprende los años 1978 y 1979 y ve la llegada en Chiapas
de las primeras organizaciones políticas de izquierda que incidieron en
el joven movimiento campesinos. El conflicto se extendió en otras
regiones del estado, ampliándose también en las demandas campesinas. Línea
Proletaria intentó canalizar las instancias políticas y económicas de
los campesinos y se llegó a crear la Unión de uniones y Grupos
Campesinos solidarios de Chiapas; por otro lado surgió la Central
Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos. Las
instalaciones petrolíferas de la Pemex contaminaron la naturaleza de
algunos comunes de Chiapas y las
acciones conocidas como “tapas” comenzaron en 1981, cuando se
multiplicaron las demandas por indemnización y muerte de ganado,
contaminación de agua, corrosión de alambre y techos, destrucción de
frutales, expropiación de tierras y demora excesiva en el pago de
indemnizaciones ofrecidas por parte de Pemex. El
proceso de organización y lucha campesina registra una tendencia
ascendente, no obstante que no siempre acontece en una misma comunidad o
región. Un
tercer periodo (1980-84) puede ser definido para la nacida de formación
de organizaciones sociales con distintas tácticas y métodos de trabajo.
Entre las otras, se señala, la Organización Campesina Emiliano Zapata. Las
movilizaciones fueron constates y masivas de 1980 a 1985; la represión
también fue sistemática y se convirtió en un mal endémico provocando
el desgaste y la debilidad del movimiento. A
partir de 1985 se inicia una nueva etapa de la lucha agraria: las
organizaciones se dividieron y surgieron otras, a la lucha por la tierra
se sumaron las vinculadas con la producción. En
1986 hubo lugar el Primer Congreso Campesino y las principales demandas
estuvieron relacionadas con la producción y la comercialización. Las
luchas y las organizaciones se diferenciaron entre las varias regiones del
estado. En 1992 indígenas de tres organizaciones realizaron la marcha por
la paz y los derechos humanos de los Pueblos indígenas a la ciudad de México. La
lucha y la organización en el campo adquirieron nuevas características:
la demanda de libertad política, democracia, reconocimiento étnico y de
la dignidad indígena. El
primero de enero de 1994 miles de indios organizados en el EZLN
conquistaron siete ciudades y pusieron fin a un periodo de transición del
movimiento campesino. Empezó un nuevo proceso caracterizado por la
presencia armada de una organización político–militar en el territorio
de Chiapas.
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1.
Introducción 2.
¿Quiénes
son los pueblos indígenas de México? 3.
Notas
para comprender el origen de la rebelión zapatista 4.
La
educación y la autonomía indígena 6.
Los
acuerdos de San Andrés: el significado para la sociedad civil 7.
note
armoniche di composizione 8. Bibliografía
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